(Nota del editor: este artículo, extraído y traducido de ulinkmedia).
En su último informe, “El Internet de las cosas: Capturando oportunidades aceleradas”, McKinsey actualizó su comprensión del mercado y reconoció que a pesar del rápido crecimiento de los últimos años, el mercado no ha cumplido sus pronósticos de crecimiento para 2015. Hoy en día, la aplicación del Internet de las cosas en las empresas enfrenta desafíos de gestión, costos, talento, seguridad de la red y otros factores.
El informe de McKinsey tiene cuidado al definir Internet de las cosas como una red de sensores y actuadores conectados a sistemas informáticos que pueden monitorear o administrar la salud y el estado de los objetos y máquinas conectados. Los sensores conectados también pueden monitorear el mundo natural y el comportamiento humano y animal.
En esta definición, McKinsey excluye una categoría amplia de sistemas en los que todos los sensores están destinados principalmente a recibir información humana (como teléfonos inteligentes y PCS).
Entonces, ¿qué sigue para el Internet de las cosas? McKinsey cree que la trayectoria del desarrollo de IoT, así como el entorno interno y externo, ha cambiado drásticamente desde 2015, por lo que analiza en detalle los factores de viento de cola y de frente y proporciona recomendaciones de desarrollo.
Hay tres vientos de cola principales que están impulsando una aceleración sustancial en el mercado de IoT:
- Percepción de valor: los clientes que han realizado proyectos de IoT ven cada vez más el valor de las aplicaciones, lo que supone una mejora sustancial con respecto al estudio de McKinsey de 2015.
- Progreso tecnológico: debido a la evolución tecnológica, la tecnología ya no es un cuello de botella para el despliegue a gran escala de sistemas iot. Computación más rápida, menores costos de almacenamiento, mayor duración de la batería, avances en el aprendizaje automático… Están impulsando el Internet de las cosas.
- Efectos de la red: de 4G a 5G, la cantidad de dispositivos conectados se ha disparado y la velocidad, capacidad y latencia de varios protocolos de red han aumentado.
Hay cinco factores en contra, que son los desafíos y problemas que generalmente debe enfrentar el desarrollo de Internet de las cosas.
- Percepción de la gestión: las empresas generalmente ven el Internet de las cosas como una tecnología más que como un cambio en su modelo de negocio. Por lo tanto, si un proyecto de iot es liderado por el departamento de TI, es difícil que TI genere los cambios necesarios en comportamiento, procesos, gestión y operaciones.
- Interoperabilidad: El Internet de las Cosas no está en todas partes, todo el tiempo, le queda un largo camino por recorrer, pero hay muchos ecosistemas “chimeneas” en el mercado del iot en este momento.
- Costos de instalación: la mayoría de los usuarios y consumidores empresariales ven la instalación de soluciones de IoT como uno de los mayores problemas de costos. Esto está relacionado con el problema anterior, la interoperabilidad, que sí aumenta la dificultad de instalación.
- Seguridad cibernética: cada vez más gobiernos, empresas y usuarios prestan atención a la seguridad de Internet de las cosas, y los nodos de Internet de las cosas en todo el mundo brindan más oportunidades para los piratas informáticos.
- Privacidad de datos: con el fortalecimiento de las leyes de protección de datos en varios países, la privacidad se ha convertido en una de las principales preocupaciones para muchas empresas y consumidores.
Frente a vientos en contra y a favor, McKinsey ofrece siete pasos para una implementación exitosa a gran escala de proyectos de IoT:
- Definir la cadena de toma de decisiones y los tomadores de decisiones de los proyectos de Internet de las Cosas. En la actualidad, muchas empresas no tienen responsables claros de la toma de decisiones para los proyectos de IoT y el poder de toma de decisiones está disperso entre diversas funciones y departamentos comerciales. Tomadores de decisiones claros son clave para el éxito de los proyectos de IoT.
- Piense en escala desde el principio. Muchas veces, las empresas se sienten atraídas por alguna tecnología nueva y se centran en el piloto, lo que termina en el “purgatorio piloto” del piloto continuo.
- Ten el coraje de sumergirte en el juego. Sin una solución milagrosa (es decir, sin una única tecnología o enfoque que pueda ser disruptivo), implementar y aplicar múltiples soluciones de IoT al mismo tiempo hace que sea más fácil obligar a las empresas a transformar sus modelos de negocios y flujos de trabajo para capturar más valor.
- Invierta en talento técnico. La clave para resolver la escasez de talento técnico para el Internet de las cosas no son los candidatos, sino los reclutadores que hablen un lenguaje técnico y tengan habilidades técnicas comerciales. Si bien los ingenieros de datos y los científicos jefes son fundamentales, el avance de las capacidades organizacionales depende de la mejora continua de la alfabetización en datos en todos los ámbitos.
- Rediseñar los modelos y procesos de negocio centrales. La implementación de proyectos de Internet de las Cosas no es sólo para los departamentos de TI. La tecnología por sí sola no puede desbloquear el potencial y crear valor del Internet de las cosas. Sólo rediseñando el modelo operativo y el proceso de negocio la reforma digital podrá surtir efecto.
- Promover la interoperabilidad. El panorama actual de IoT, dominado por ecosistemas fragmentados, dedicados e impulsados por la ubicación, limita la capacidad de IoT para escalar e integrarse, dificulta su implementación y aumenta los costos. Los usuarios empresariales pueden utilizar la interoperabilidad como criterio de adquisición para promover hasta cierto punto la interconexión de sistemas y plataformas de iot.Promover la interoperabilidad. El panorama actual de IoT, dominado por ecosistemas fragmentados, dedicados e impulsados por la ubicación, limita la capacidad de IoT para escalar e integrarse, dificulta su implementación y aumenta los costos. Los usuarios empresariales pueden utilizar la interoperabilidad como criterio de adquisición para promover hasta cierto punto la interconexión de sistemas y plataformas de IoT.
- Dar forma proactiva al entorno corporativo. Las empresas deberían esforzarse por construir su propia ecología IoT. Por ejemplo, deberíamos dar prioridad a la seguridad de la red desde el primer día, seleccionar proveedores confiables y construir un marco de gestión de riesgos de seguridad de la red a partir de dos aspectos de soluciones técnicas y gobierno corporativo para garantizar la seguridad de Internet de las cosas de extremo a extremo.
En general, McKinsey cree que Internet de las cosas, aunque crezca más lentamente de lo esperado, seguirá creando un valor económico y social significativo. Los factores que frenan y obstaculizan el desarrollo del Internet de las Cosas no son la tecnología en sí ni la falta de confianza, sino los problemas operativos y ecológicos. Que el siguiente paso del desarrollo de IoT pueda avanzar según lo previsto depende de cómo las empresas y los usuarios de IoT aborden estos factores adversos.
Hora de publicación: 22-nov-2021